El pasado 10 de Mayo cerramos la semana presencial del Executive Program de transformación (Digital + SER)” construido por Prestigio y ESIC Medellín, en el cual se movieron las fibras de la mente y el corazón.
En este viaje, las conversaciones empezaron a destilar que los desafíos más complejos no son los técnicos, sino los adaptativos. Y fue desde allí cuando estos diálogos colectivos empezaron a volverse cada vez más interesantes, más reveladores, porque a medida que nos sorprendíamos con lo que se puede lograr con la inteligencia artificial y el internet de las cosas, más profundas se hacían las preguntas y más íntimas se tornaban nuestras reflexiones alrededor de lo que debemos dejar de lado, renunciar y desaprender para darle entrada a una nueva curva de desarrollo, a un nuevo ciclo en el que nos sentimos vulnerables.
Pensamientos que suscitan la necesidad de empezar un duelo regenerativo, que incomoda, que lucha contra nuestros egos, y demanda el carácter del líder que enfrenta sus propios miedos para hacerse cargo y actuar de manera coherente con su propio propósito de vida para catalizar una transformación que cambie el juego, que deje huella y que trascienda desde y para el ser.
Lo más revelador del acercamiento a estas nuevas tecnologías fue descubrir que los fundamentales humanos son imprescindibles y que quien fortalezca esas capacidades mal llamadas blandas, como la empatía, la indagación, la curiosidad, la ética, y sobre todo, la actitud y pasión que sale del corazón, tendrá ventaja competitiva.
Mientras aprendíamos de “promts” recordábamos a los filósofos clásicos con el método socrático y la mayéutica; mientras hablábamos de innovación y cliente centrismo, recordábamos que las propuestas de valor deben responder a necesidades humanas y mientras hablábamos de agilismo, recordábamos que si perdemos el foco en mantener una propuesta de valor relevante y distintiva al consumidor, perdemos en el mercado.
Vivimos una era en la que todo fluye más rápido, la era del hiper: hiper-informados, hiper-conectados, pero también hiper-ansiosos, hiper-desesperados, hiper-estresados, en donde los hábitos del ejercicio, del tiempo de calidad con nuestros seres queridos, de una buena alimentación y de la meditación se hacen necesarios para mantener el equilibrio, la tranquilidad y el foco.
Aprendimos de Javier Garcia, un joven sordociego formado en la Once y que trabaja en Ilunion, que los sueños, la actitud y el optimismo son más potentes que cualquier herramienta para superar obstáculos, aprendimos de Ana, su interprete, del amor con el que cualquier oficio debe hacerse para que brille.
Aprendimos de Mabe, una líder curtida en el mundo del consumo masivo global, que cualquier innovación debe partir de la conexión con los consumidores desde el corazón, aprendimos de José María Galofre, un gran ejecutivo de Volvo España, que la cooperación con los aliados comerciales es muy potente cuando se trata de entregarle la mejor propuesta de valor al cliente y que la data hay que gestionarla con criterio y las apuestas hay que hacerlas con pragmatismo.
Aprendimos de la Fundación Telefónica su apuesta por un modelo educativo que rompe paradigmas y de alto impacto social a través de la plataforma de Ecole 42, y como no mencionar al gran tigre de la clase, Sebastian Restrepo, quien nos enseñó una lección de vida, que cada raya al tigre es una huella indeleble que quedará marcada en los corazones de cada uno de nosotros.
Actitud, pasión y vivir el presente son regalos muy bien empacados, para cuando la vida nos traiga regalos mal empacados.”
Nos vamos con tantos aprendizajes desde el ser, los negocios y la transformación digital que es difícil poner en palabras.
Hemos creado una comunidad de grandes líderes del país que replicarán el mensaje de transformación a cientos de personas.
ESIC Medellín y Prestigio quedamos con la satisfacción de haber movilizado a tantos grandes seres humanos, y con la tarea de seguir haciéndolo.
Si tu también quieres vivir los Programas Ejecutivos de una forma inmersiva, escríbenos y hablemos de tu futuro
